Debido a la caída de las Reservas Internacionales Netas (RIN), los recientes informes de las calificadoras de riesgo internacionales y algunos analistas opinan que el problema central es el déficit fiscal y que se debe reducir el gasto corriente para corregir la situación económica del país, sin embargo otros consideran que esto puede generar más problemas a la economía, inflación y tensiones sociales.
La Calificadora de Riesgo Fitch Ratings observa que hay un amplio desequilibrio fiscal y que si bien el déficit fiscal bajó a 7,1% en 2022, las autoridades no apuntan a una mayor reducción, por lo que la entidad considera que la calificación de riesgo del país podría mejorar si se da una consolidación fiscal que permita estabilizar la relación deuda pública sobre el PIB y se mejore la flexibilización financiera.
Ramiro Cavero, exvceministro de Presupuesto, explicó que Bolivia enfrenta dos problemas: el déficit fiscal y el déficit en balanza de pagos que merman las Reservas Internacionales Netas (RIN).
Para corregir esto, él sugiere que se debe reducir gastos corrientes, es decir burocracia, agua, luz, publicidad, viajes innecesarios y la subvención a los carburantes porque esto provoca que el combustible salga de contrabando. “La planilla del sector público hoy es de 8 mil millones de dólares y en 2005 era mil millones, el gasto corriente en 2005 era de 2300 hoy son 22 mil millones de dólares, es muy alto”, precisó.
Si el Estado gasta menos, se deja de prestar dinero del sector privado y eso puede ir a financiar empresas privadas que con su crecimiento generará empleos. También el Estado debe ser más selectivo en la inversión pública. Otro tema fundamental es el control del contrabando.
El problema es que antes los precios de los carburantes se ajustaban al tipo de cambio con el bolsín, pero no se generaban grandes problemas, pero ahora el costo de mantener la inflación baja es muy alto.
“Los ajustes son dolorosos, si las correcciones se hubiesen hecho en 2017, cuando se tenían mayores Reservas Internacionales, el ajuste que se tiene que hacer no sería muy duro, pero ahora hacer un paquete va a necesitar el apoyo de recursos”, precisó.
Uno de los problemas es que el Gobierno, para mantener el gasto y la demanda agregada, ha generado mayor deuda y pérdida de más de 13 mil millones de dólares de las RIN y divisas. “Podemos seguir con endeudamiento al ritmo de antes, no; ¿podemos seguir gastando las RIN a un promedio de mil millones año?, la respuesta es no. Qué hacemos si después vendemos el oro y no tenemos ya Reservas. Es como si te bajaran el sueldo a la mitad, pero sigues con el mismo nivel de gasto”, advirtió.
El economista Alberto Bonadona sostuvo que desde la economía ortodoxa se recomienda levantar la subvención a los hidrocarburos, pero eso agravaría los problemas económicos, inflación y descontento social. “Se generaría un socialismo para los ricos, porque los ricos no tendrían problema de viajar hasta que se supere el problema, la gente de clase media para abajo asumiría el costo”, advirtió.
Se puede volver a una situación fiscal aceptable de esa manera pero con ese costo social, también se puede hacerlo buscando más créditos, impulsando la producción y se evita de esa manera una reducción drástica del déficit, eliminar el tipo de cambio fijo y acabar con la bolivianización. También se puede impulsar biocombustibles, producción de hierro y cerrar empresas públicas ineficientes.
De acuerdo con Bonadona, tampoco se puede despedir empleados públicos porque se generará desempleo. “Como no hay una base productiva creciente que pueda absorber mano de obra, no queda otra alternativa que el Estado sigan generando empleos”, remarcó. Sin embargo, dijo que sí es necesario eliminar otros gastos dispendiosos.
El economista Rolando Morales sostuvo que hay gastos que se necesitan ajustar, pero no se puede reducir de forma drástica el personal del sector público sin un previo estudio. “Se debe estudiar los efectos de esto si es necesario, ver las consecuencias sociales. No tenemos un sector privado desarrollado para captar empleo y mucha gente tiene que trabajar para el Estado, sobre todo acá en La Paz y no se puede de forma alegre sugerir despidos”, puntualizó.
Añadió que en el caso de los gastos en la importación y subvención de carburantes sí se necesitan ajustes y que el Gobierno investigue las causas del mayor consumo, porque es una de las causas que han provocado el déficit.
Se debe transferir la subvención al transporte público para que no suba el costo de los pasajes, en lugar del subsidio a los combustibles. “El ítem del transporte es bastante importante en el presupuesto de las gente pobre, si se aumenta el costo del combustibles como se hizo en 2011, eso llegaba a significar el 50% del presupuesto especialmente de muchas familias de El Alto. Se debe subvencionar el transporte público”, precisó.
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