La Paz es la musa del Papirri y a ella le canta por su gesta revolucionaria

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Collita, bella flor, estrella del Altiplano, de los Andes su corazón, tumba de tiranos y cuna de valientes, así es La Paz y así la quiere Manuel Monroy Chazarreta, el “Papirri”. El cantautor, a su estilo, dio un regalo a la ciudad por el aniversario de la gesta libertaria, con acordes de guitarra, voces destacadas y una letra inspirada.

“Esta canción es un regalo para mi ciudad. El año 2018 hice un primer tema que se llama La Paz, mi ciudad, que era un tanto pop, con un poema. Incluso he rapeado. Para este año decidí hacer algo folklórico, con más raíz aymara como es el sicuri huayño, y con artistas que se han ido sumando poco a poco hasta llegar a ser cuatro”, cuenta a Página Siete el Papirri.

El tema titula Chukuta Valiente y cuenta con el talento de “Daniela Pavón, Isadorian, Liz Loaiza como violinista y Roxana Torres como chelista”, cuenta el artista. Pero no son las únicas participaciones. También están Ever Peredo y Mauricio Zegales, en cuyo estudio -Mental Estudio de la ciudad de El Alto- se masterizó y ecualizó el tema.

Fernando y Quicho Ximénez que son padre e hijo y David Portillo en voces, Ariel Choque en el charango, Iván Guzmán en la batería y Vilo Vizcarra, guitarrista de los Bolitas, completan el cuadro de honor de quienes dieron su talento, tiempo y cariño a la ciudad homenajeada este 16 de julio por su gesta libertaria.

Todo el trabajo se hizo desde el corazón sin revisar cifras. Por ejemplo, los gastos que demandó la edición del videoclip.

La melodía está acompañada de decenas de postales de la ciudad. Se destacan los rostos de mujeres, hombres trabajando y calles características de la ciudad como la Sagárnaga.

El Papirri dice que extraña a la ciudad, su musa, ahora que no vive en La Paz. Por ello, desde lejos, sigue escribiendo himnos que rescatan la cotidianidad, los paisajes, la comida y los personajes chukutas.

Cuatro décadas

En año 1960 recibió al niño que iba a convertirse en guitarrista, compositor, gestor cultural, docente, escritor, conductor de programas y también productor de televisión. Manuel transita por los escenarios desde hace 42 años.

El Papirri es una figura consagrada en la música y su profesionalismo se puede ver en cada presentación. No hay espacio para las improvisaciones y aunque es un hombre de buen humor, eso no quita la seriedad de sus proyectos.

De hecho él es su propio proyeto. Toda la trayectoria del artista, los discos que grabó, los libros que escribió, su agenda de eventos y hasta aspectos logísticos están en su página web.

En sintonía con las exigencias de esta era digital, el Papirri tiene toda su historia a un click de distancia.

Desde cualquier buscador y conexión a internet se puede ver en manuelmonroychazarreta.com los años de trabajo y los logros obtenidos.

Todo empezó cuando él tenía siete años y recibió su primera guitarra. Su madre, Anita Chazarreta, fue un eximia música y el destino de Manuel parecía trazado. Con los años su guitarra se volvió en una extensión suya y una vida para concretar sus emociones. Son inseparables.

Su última producción es 60 A. Incluye 12 canciones, la mayoría de las cuales fue compuesta durante la pandemia y la cuarentena rígida.

Y es que en el encierro el artista estaba retado a no dejar de crear. Vino una temporada de composiciones experimentales y el reto de producir desde casa. La cumbia Chutis es una hija de los días de cuarentena.

La Paz protectora

“Por eso digo que La Paz es la casa que nunca tuve. Para mí es una enorme casa y la metáfora más cercana es que es una enorme chola con extensa pollera que nos acoge a todos los paceños. Hay paceños de Sucre, paceños de Oruro, de Tupiza… porque esa enorme pollera nos integra a todos, que es profundamente aymara”, dice el cantautor.

Para la ciudad que lo vio nacer y lo inspira sólo tiene flores y reconocimientos. “Además, La Paz ha sido uno de los territorios más libres del Imperio español, es muy importante subrayarlo porque la gesta de 1809 no sólo fue una proclama de rebeldía, fue una toma de los mestizos paceños que eran subyugados en su propia tierra y sacaron del poder a los españoles. La Revolución paceña es una revolución de verdad. Por eso recuerdo en la canción que La Paz es cuna de valientes y tumba de tiranos”, explica.

La musa del cantante

Todos los artistas cuentan con inspiración. Gente o lugares que les invitan a dar lo mejor de sí mismos para una creación. Para el Papirri la musa ha sido desde siempre La Paz.

Muchas de sus canciones más emblemáticas se desarrollan en lugares tradicionales de esta urbe o hechos de la historia sucedidos en estas tierras. El Papirri retrata a los personajes paceños y rescata las tradiciones y el lenguaje propio de los chukutas.
“Tengo muchas canciones que he dedicado a La Paz; por ejemplo, la canción a Alasita o Pepino pandillero. Otro tema, que se llama La Mamada, donde se rescata el yaaa paceño. Ese videoclip se perdió”, recuerda el compositor.

“Tengo una canción que está inspirada en la coba paceña y el lenguaje de los barrios populares. El Pepino pandillero es una canción que me inspira y recuerda a los paceños con sus típicas frases” cuenta el artista, declarado hincha del Tigre.

“Por suerte soy atigrado porque The Strongest es La Paz y las canciones de mi ciudad. La ciudad está en muchas de mis canciones y por supuesto también en Chukuta Valiente”, dice desde Cochabamba, donde reside.

También canta a los barrios que marcaron su vida. “Sopocachi que se chorreaba hacia abajo y los cuida, ese Sopocachi es el mío y por supuesto mi cholita paceña que me inspira”, expresa.

Y así el talento y la nostalgia dieron como resultado el nuevo tema. Un homenaje justo a la guardiana del Illimani, a la ciudad color ladrillo, a las marchas y congestionamientos y, fundamentalmente, al coraje de los paceños.

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