Memorias de un colegio centenario: el Alemán de Oruro celebra sus 100 años

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“Esta cueca que cantamos con mucha emoción, al colegio que yo quiero con todo el corazón”. Es la primera estrofa de una canción del Alemán de Oruro. Con esa inspiración, exalumnos reunieron recuerdos históricos de la institución escolar y publicaron un libro homenaje para celebrar los 100 años de su “querido colegio”.

Memorias del Centenario del Colegio Alemán de Oruro -que tuvo “largos y laboriosos meses de preparación, investigación, recolección de datos y fotos”- busca celebrar la creación de uno de los colegios más emblemáticos de Oruro.

“La locomotora histórica con la que se echó a andar este proyecto editorial dio lugar a una simbiosis maravillosa de exalumnos de distintas promociones, todos con el mismo ideal y la misma motivación: publicar el libro de la memoria del centenario del Colegio Alemán de Oruro”, dice el prólogo del documento.

Los exalumnos encargados de la publicación destacaron que fue un trabajo en el que “se entretejieron la experiencia, el talento, la tecnología, la disciplina, la organización y un fervor único por la recopilación de nombres y hechos de la historia del colegio. Fueron interminables horas de esfuerzo, de videoconferencias, de tareas delegadas e iniciativas llenas de entusiasmo y dedicación que hicieron realidad esta memoria que alumbra el primer siglo de vida del Colegio Alemán de Oruro, el primer colegio alemán de Bolivia”.

El Colegio Alemán de Oruro

La semilla que dio lugar a la creación del colegio en el año 2023 fue plantada un 23 de febrero de 1922, cuando los ciudadanos alemanes Erich Findel y Fritz Mumme convocaron por primera vez a toda la colonia alemana en Oruro con el objetivo de proponer la fundación de un colegio alemán.

El colegio abrió sus puertas el 25 de marzo de 1923 e inició sus actividades el 1 de abril de ese mismo año. En 1924 el colegio recibió en su alumnado a hijos de bolivianos; esto abrió las puertas a una franca integración social e intercambio intercultural en el establecimiento educativo que ya desde entonces podía considerarse como un colegio de encuentro entre dos culturas.

Según datos de historiadores, el nacimiento del Colegio Alemán se dio en el auge de la minería en Oruro, donde los residentes de Alemania se organizaron. Preocupados por mantener sus raíces culturales y su idioma natal fundaron ese establecimiento, que se sumaba a un centro Cultural Boliviano Alemán, que ya funcionaba en esa época.

La obra

En el libro se refleja que “las maravillosas décadas de los años 60 y 70 se caracterizaron por los aires de libertad que respiraba la juventud en el mundo occidental. El amor libre, la igualdad entre las personas y la paz universal eran parte del discurso que estaba en todas las bocas de la nueva ola. Entre otras muestras de rebeldía que la juventud esgrimía ante la sociedad, la principal era llevar el pelo largo. Todos los jóvenes y adolescentes del mundo llevaban el pelo largo. Todos… menos los alumnos del Colegio Alemán de Oruro”.

Historias

En la obra están plasmadas las historias de los alumnos que se formaron en las aulas del colegio, en diferentes décadas. Una de ellas es la contada por Bruno H. Reintsch V.: Una fría mañana de febrero de 1973, todo el alumnado del colegio estaba formado en el patio del establecimiento. Se llevaba a cabo la presentación y bienvenida al nuevo director que había llegado de Alemania. Después de cumplir con todos sus objetivos planteados, regresaba a Europa Herr Hans Dieter Vogt, dejando atrás una época de duro trabajo en la dirección y un crecimiento sin igual del colegio. Era reemplazado por Herr Heinz Weischer, quien llegaba con el firme propósito de seguir la huella de este establecimiento educativo, que funcionaba excelentemente desde mucho antes de la Segunda Guerra Mundial. Herr Weischer era más joven que Herr Vogt; era también más alto que él.

Lo más llamativo en el nuevo director era que usaba barba y pelo largo. Mirándolo detenidamente no se podía determinar dónde empezaba la barba y dónde terminaba el pelo. Los alumnos de los ciclos medio e intermedio estaban maravillados con esa imagen del nuevo director, pues abrigaban en el fondo de su corazón la esperanza de una flexibilización en el corte de cabello de los alumnos del colegio. Terminada la presentación a cargo del maestro de ceremonias, cedieron el micrófono al nuevo director. Habló de todo, menos del corte de cabello. Cuando hubo terminado su alocución, dirigió una mirada al plantel docente que se encontraba sentado frente a él. Con los ojos inquirió si había algo más que decir. Entonces se puso de pie un profesor boliviano y le susurró algunas palabras al oído. Herr Weischer quedó sorprendido, movió la cabeza denotando incredulidad y alzando nuevamente el micrófono dijo al público presente: “Siguiendo la tradición de nuestro querido colegio, queda terminantemente prohibido dejarse crecer el cabello”. Luego mirando a los atónitos alumnos terminó: “Yo me dejaré la barba y el pelo largo hasta acostumbrarme al clima de Oruro”.

Reconocimientos

La institución educativa orureña recibió varias distinciones a nivel local y nacional, entre las más sobresalientes: la Condecoración Nacional de la “Gran Orden Boliviana de la Educación” en el grado de Oficial, conferida por la Presidencia de la República el 31 de mayo de 1963; la Condecoración “Honor al Mérito Sebastián Pagador” en primer grado “Escudo Nacional”, otorgada por la Prefectura del Departamento de Oruro, el 5 de febrero de 1998; y el “Cóndor de los Andes”, en el grado de Oficial, otorgado por el Presidente de la República el 10 de marzo de 1973.

El Colegio Alemán es una institución privada con aproximadamente mil estudiantes y cuenta con los niveles inicial, primario y secundario.

 

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