En su discurso por los 14 años del Estado Plurinacional, el vicepresidente David Choquehuanca indicó que en la actualidad vivimos momentos de “oscurantismo”, en los que algunos manejan el miedo y la división para generar caos y conflictos en el país.
“No podemos negar que también vivimos momentos de oscurantismo, donde algunos manejan el miedo, la división, la intriga, la calumnia y el sabotaje para provocar el caos y el conflicto”, dijo la autoridad, al asegurar que hay quienes sueñan con “retornar al periodo republicano y colonial, manipulando la coyuntura para erosionar los avances del Estado Plurinacional”.
Sin embargo, resaltó que el Estado Plurinacional ya es un hecho y su avance es irreversible, el cual está plasmado en la Constitución.
“A nivel internacional nos hemos posicionado como un país líder, como una alternativa al capitalismo, a la modernidad y a la recolonización planetaria”, insistió la autoridad.
Afirmó que es innegable que Bolivia tiene muy buenas leyes y políticas claves para construir el Estado Plurinacional. Sin embargo, reconoció que “tenemos que ser autocríticos, no todo está bien”.
Indicó que existen brechas y contradicciones “entre lo que decimos y lo que realmente hacemos, por eso tenemos que hacer mucho más y redoblar esfuerzos para hacer realidad el Estado Plurinacional que soñamos”.
Por ello, la autoridad insistió en que se debe trabajar con valentía y “luchar contra la pobreza, la corrupción y contra las violencias, que se ejercen diariamente contra los niños, las mujeres y la madre tierra”.
Añadió que el poder creador del pueblo es más fuerte de los que quieren dividir a Bolivia.
“El Estado Plurinacional cumplirá con los cambios necesarios para trascender la división y restablecer las relaciones de complementariedad y hermandad entre los bolivianos”.
En ese marco, comprometió todo el esfuerzo del Gobierno para alcanzar el vivir bien y construir la esperanza, el reencuentro, la confianza, la complementariedad, el consenso y el equilibrio.
Indicó que Bolivia recién se libera del sometimiento de todos los extremos impuestos por la democracia paliativa.
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