Simón I. Patiño

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Oscar Espinosa García

III Patiño y Bolivia

En la primera mitad del Siglo XX, Bolivia era el segundo productor de estaño en el mundo y su economía dependía de la minería y principalmente de este producto. El principal productor era Simón I. Patiño y después estaban Hochschild y Aramayo, pero también estaban los mineros de las minerías mediana y pequeña. Cuando bajaban los precios del estaño y los otros minerales, sufría la economía boliviana. El Gobierno tenía como principal fuente de ingreso para poder funcionar, los impuestos que pagaban los mineros. Había empresas ferroviarias y otras y la industria estaba comenzando a desarrollarse. Habría que ver si los terratenientes de la Rosca pagaban impuestos.
Patiño vivía concentrado en el manejo de sus empresas, cuidando los mínimos detalles para que den los mejores resultados y dedicado a su familia. No tenía tiempo para intervenir en la política. Los presidentes le tenían respeto, así en el gobierno de Bautista Saavedra fue llamado para mediar entre políticos oficialistas y opositores para que trabajen juntos por el bien del país, lo que no pudo lograr. El presidente Germán Busch se comunicó con él para reunir criterios para llevar al país por las sendas del progreso.
Los precios del estaño variaban mucho en el mercado internacional, lo cual afectaba mucho a la minería boliviana, ya que tenía costos de producción mayores que los de sus competidores, Para controlar los precios del estaño se organizó el Comité Internacional del Estaño (CIE) en el que Patiño fue uno de los organizadores y desempeñó una función importante a favor del país. El presidente Germán Busch le mandó una nota de agradecimiento por los esfuerzos que hacía Patiño en el CIE “en defensa de nuestra principal industria”.
El hospital (que era el mejor de Bolivia), las escuelas y las viviendas que tenía la Comibol fueron construidas por la empresa de Patiño. La pulpería, también fue creada por Patiño. Los primeros bolivianos que tuvieron beneficios sociales fueron los trabajadores de las minas de Patiño. Tenían las ocho horas diarias de trabajo de lunes a sábado, salario y sueldo sujeto a contrato, bonos de producción y primas, pagos por sobretiempo, licencias, indemnización, desahucio y comenzaron a tener las mutuales de ahorro. Para Patiño era muy importante que sus trabajadores tuvieran las mejores condiciones de trabajo.
En Pairumani, Patiño estableció una hacienda modelo de agricultura y ganadería, a donde hizo traer animales importados de EEUU, Europa, Chile y Canadá. La hacienda disponía de un establecimiento de producción de lácteos con refrigeración y pasteurización, molino, sección de almácigos y cultivos de especies vegetales e incluso una panadería. Inició la industria del vino y del singani a través de la empresa SAGIC.
Patiño propuso tres proyectos para el desarrollo del país. El ferrocarril Machacamarca – Uncía, que fue construido con sus recursos, la navegación del río Desaguadero, que felizmente no se concretó y el ferrocarril Cochabamba – Chimoré, que el Congreso Nacional rechazó. Para este último tenía el proyecto realizado y disponía de los recursos financieros necesarios para su construcción. Si se hubiera construido, se hubiera iniciado el desarrollo del Chapare y la apertura de Santa Cruz se hubiera concretado mucho antes, porque la construcción de un ferrocarril entre Chimoré y Santa Cruz hubiera sido fácil de construir, siguiendo terreno plano.
Para el financiamiento de la Guerra del Chaco el gobierno de Salamanca recurrió a la minería. Obligó a las empresas mineras a entregar las divisas al Gobierno, para después venderlas a precios más altos que los que pagaba. El Gobierno elevó los impuestos sobre ventas y renta personal y creó “impuestos especiales de emergencia” que las empresas mineras fueron las que más pagaron. Pero el agente más importante para financiar las urgentes necesidades que exigía la guerra fue Simón I. Patiño.
El gobierno de Salamanca obtuvo de Patiño créditos por 6.740.000 $US sin plazo, sin garantías y sin intereses. El presidente le llamaba continuamente, pidiéndole que le ayude a solucionar problemas que se presentaban en el Chaco. Patiño actuó de intermediario y garante para que el Gobierno obtenga créditos de la banca internacional y se hizo cargo de la compra de materiales de guerra en Europa, haciendo gestiones especiales para que éstos lleguen lo más antes posible a Bolivia. Donó dos aviones de transporte Junkers J.B.52. Su esposa Albina hizo donación de 50.000 Bs. para la Cruz Roja y donaciones de drogas, camas, uniformes, barriles para agua y 25.000 sacos de arena.
Al presente los minerales se han convertido en el principal rubro de exportación de Bolivia, gracias a las empresas internacionales y a las cooperativas mineras asociadas con empresas chinas. De ahí que el futuro de la minería está en empresas que usan tecnología moderna con uso intensivo de maquinaria, como la que creó en su tiempo Simón I. Patiño.

Oscar Espinosa García es ingeniero civil.
Blog: Historia, transportes y desarrollo

La entrada Simón I. Patiño se publicó primero en El Diario – Bolivia.

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