El civilismo está siendo empañado por acciones censurables, que atentaron contra la fe, el honor y la moral política, en el actual esquema gubernamental, que acaba de celebrar sus dos años y medio de gestión. Actos que han provocado, hasta el momento, la renuncia de cuatro ministros de Estado, denunciados por corrupción, en su contra. “Adrián Quelca, exministro de Educación; Wilson Cáceres y Edwin Characayo, exministros de Desarrollo Rural y Tierras, además de Juan Santos, exministro de Medio Ambiente y Agua”, según informa la prensa nacional (1). Actitudes que podrían erosionar las bases de sustentación del civilismo, recuperado, hace aproximadamente 40 años, por el pueblo boliviano.
Recordemos que el militarismo se desplomó, como consecuencia de posibles hechos de corrupción. Pero, a diferencia de aquél, las Fuerzas Armadas, en conformidad con la Constitución Política del Estado de 1946 y 1967, “no han estado ausentes en la participación del desarrollo de la Nación, más bien han sido siempre un eslabón de gran importancia en el acontecer de los cambios económicos y sociales de nuestra Nación”, según el ministro de Defensa Nacional, Raúl Tovar Piérola (2). No vaya a suceder que el civilismo corra la misma suerte, por la desmedida ambición de algunos de sus integrantes.
Quienes lucharon por la restitución del civilismo, entre 1964 y 1982, lo hicieron de manera desinteresada, motivados solo por la convicción político – ideológica. Prueba de ello es que algunos, que ocuparon coyunturalmente la cúspide de la administración pública, expiraron en domicilios prestados. Con los bolsillos vacíos, como prueba de honestidad.
Pensando en un futuro mejor y priorizando el bien común. Esperanzados en un venidero sin latrocinio. Ese fue el ideal primigenio de quienes no escatimaron esfuerzo alguno, por alcanzar ese histórico objetivo que, hoy, está siendo devaluado, por la concupiscencia personal.
Estamos hablando de aquellos que, desde las ciudades, las minas y el agro, hicieron retroceder al militarismo, arrancando, en principio, la amnistía general e irrestricta, en la década del 70, del siglo pasado. Recuperaron, por tanto, con sacrificio, dolor y coraje, el sistema del civilismo, por la creencia de que había llegado el momento para reconstruir la Patria, con decisión, honestidad y transparencia. De aquel paradigma gubernamental ahora se sirven algunos, para medrar a costa del erario nacional. Y lo hacen sin escrúpulos.
Las nuevas generaciones poco conocen de esta realidad histórica. Políticos de nuevo cuño aprovechando la potabilidad del actual sistema político imperante, se convirtieron en nuevos ricos, mediante acciones, inclusive, de dudoso origen. Agraviaron, con esa actitud la memoria de quienes protagonizaron el retorno del civilismo, que fue echado al ostracismo, desde la década del sesenta.
En suma: he ahí el civilismo en declive. De veras que está de capa caída.
NOTAS
(1) “Renunciaron cuatro ministros denunciados por corrupción”. EL DIARIO, 15 de mayo de 2023.
(2) Fundación Konrad Adenauer: “La participación de las Fuerzas Armadas en Apoyo al Desarrollo Integral del País, Conservación y Preservación del Medio Ambiente”. Artes Gráficas: Dante Moreno, La Paz – Bolivia, junio de 1995. Pág. 9.
La entrada Civilismo en declive se publicó primero en El Diario – Bolivia.
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