Los procesos en contra de sacerdotes católicos por abusos y vejaciones sexuales se aceleran. Sólo en la última semana se realizaron dos allanamientos a las oficinas de los jesuitas, se aprehendió a un sacerdote carmelita, se declaró prófugo a otro, y en Chuquisaca y Santa Cruz se conocieron tres nuevas denuncias.
“Ojalá que la investigación sea seria, rápida y profunda. Indudablemente hay muchas casas que uno podría observar, pero esperemos a los resultados. Al igual que la población, esperamos tener pronto la certeza de cuáles fueron los delitos y quiénes deben recibir la sentencia. Confiamos en el proceso iniciado por el Ministerio Público y estamos dispuestos a cooperar en la investigación”, señaló el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Ricardo Centellas Guzmán.
Luego de que el periódico español El País reveló el caso del jesuita español Alfonso Pedrajas, agresor sexual de más de 80 niños del colegio Juan XXIII de Cochabamba, varios casos de abusos salieron a la luz pública. En diferentes departamentos ya cursan alrededor de 10 procesos.
2 allanamientos a los jesuitas
En el marco de las dos investigaciones radicadas en la Fiscalía de La Paz (una por el caso del padre Alejandro Mestre), la tarde del miércoles 17 de mayo, el Ministerio Público allanó las oficinas de la Curia Provincial de la Compañía de Jesús y del colegio San Calixto, ambos en el centro de la ciudad de La Paz.
“En ambos lugares se encontró un amplio material que ya está siendo procesado para determinar responsabilidades”, señaló la fiscal Verónica Miranda.
Detalló que en las oficinas del Provincial se encontraron varios archivos realizados por las víctimas y que no fueron procesados en la justicia. Entre estos documentos se encontraron varias fotos que comprometían la situación de las víctimas.
Miranda indicó que se espera que la revisión del material concluya en los próximos días, para dar a conocer los resultados lo más pronto posible. Explicó que el caso radicado en La Paz es por complicidad, encubrimiento y violación a infante, niño, niña y adolescente.
La Compañía de Jesús señaló que, durante ambos allanamientos, brindó toda la colaboración del caso a las autoridades, proporcionando toda la documentación solicitada.
“Los archivos provinciales continúan a disposición para futuros requerimientos de la Fiscalía, como muestra de la voluntad institucional de cooperar en la búsqueda de verdad y justicia con relación a las denuncias de abuso sexual y encubrimiento”, se indicó en un comunicado.
Tras el allanamiento, padres de familia y exalumnos de diferentes colegios jesuitas iniciaron varias vigilias en resguardo de los establecimientos.
Primera detención preventiva
Horas antes de los allanamientos en La Paz, en Tarija, la Policía procedió a la aprehensión del párroco de la iglesia San Roque, Milton Murillo, investigado por delitos de orden sexual en contra de varios seminaristas, en un establecimiento de La Paz.
Este hecho ya fue denunciado en anteriores oportunidades y se dio a conocer a las autoridades religiosas correspondientes. Sin embargo, no fue hasta ahora, que el caso salió a flote nuevamente, que la Fiscalía de Tarija abrió un caso de oficio y hubo avances en la justicia ordinaria.
“Tomando en cuenta que existen más víctimas, el caso ha sido declarado en reserva por el plazo de 10 días, por lo que vamos a evitar entrar en detalles”, informó la fiscal departamental de Tarija, Sandra Gutiérrez.
La audiencia cautelar de Murillo se realizó el jueves 18 de mayo. Su defensa no logró deslindar los riesgos procesales por los que se determinó la detención preventiva por un lapso de tres meses.
“Después de más de cuatro horas de audiencia, haciendo una valoración de todos los elementos aportados y presentados por el Ministerio Público, se ha dado una detención preventiva de tres meses. La medida debe cumplirse en el penal de Morros Blancos”, dijo Gutiérrez.
La audiencia se realizó vía virtual y Murillo asistió desde las dependencias de la Policía. Afuera del recinto, un grupo de religiosos realizó una vigilia para dar su apoyo al sacerdote de los Carmelitas.
Uno de los testimonios brindados en la denuncia, antes de que el caso fuera declarado en reserva, señala que las víctimas acudieron al seminario tras sentir el llamado de Jesucristo.
“Esperábamos un trato digno y fue todo lo contrario. Se dañó gravemente, y en repetidas veces, nuestra dignidad humana y espiritual, realizando actos impúdicos aberrantes”, señala parte del testimonio.
El obispo de la Diócesis de Tarija, Jorge Saldías, señaló que las investigaciones serán las que revelen la verdad de estas denuncias.
El sacerdote declarado prófugo
Pero el caso del párroco Murillo no es el único en Tarija. Dentro de la misma investigación, el Ministerio Público citó a declarar al carmelita Garvin Grech. El religioso debió presentarse ante las autoridades el viernes pasado, pero no llegó.
El registro migratorio de Grech advierte que salió del país por la localidad de Bermejo, rumbo a la Argentina. Se fue poco después de que su compañero de congregación, Milton Murillo, fue aprehendido por la Policía.
Desde 2022, Grech enfrenta una serie de acusaciones por malversación de donaciones para los pobres y acoso sexual. Por estas denuncias dejó Tarija hace nueve meses para instalarse en La Paz.
“Hace meses desapareció el padre Garvin Grech, luego de que se presentara una denuncia por desvío de los dineros donados para los pobres”, informó una fuente cercana a la orden de los Carmelitas Calzados. Reconoció que el carmelita también tuvo una denuncia por “tentativa de violación”, hecho que se desconoce si fue real o no.
La exsecretaria de Grech, Janet Melogno, contó que ella no sólo se enteró del mal uso que el carmelita le daba a los recursos que llegaban desde el exterior para los pobres. Casi al mismo tiempo conoció que el sacerdote tenía una pareja. “¿Y dónde está la castidad y el celibato?”, cuestionó Melogno.
Las víctimas del padre Murillo sostienen que Grech debe ser encontrado y traído a Bolivia. Aseguran que él sabía de los abusos que Murillo cometía y no hizo nada para evitar que haya mas víctimas
Ante estos dos casos, desde la Diócesis de Tarija se envió un mensaje a la población.
“Sabemos que estamos viviendo una situación compleja en nuestra ciudad. Pero ustedes sepan que nuestra Diócesis y su Obispo están colaborando en todo lo necesario, para que las investigaciones lleguen a fondo y se esclarezcan las acusaciones”, sostuvo Saldías.
Durante la última semana se conocieron tres nuevas denuncias en contra de sacerdotes católicos. Los casos se encuentran en los departamentos de Chuquisaca y Santa Cruz.
El pasado miércoles, el delegado de la Defensoría del Pueblo en Chuquisaca, Humberto Mayorga, informó sobre un caso de presunto abuso sexual en la ciudad de Sucre. Las víctimas serían niños con discapacidad.
“El sacerdote ya no está vivo, falleció en 2018. Lo importante ahora es recabar mayor información”, expresó el delegado Mayorga.
Dos días después, la misma entidad informó sobre un segundo caso de agresión sexual, esta vez en el Seminario San Cristóbal. El agresor sería uno de los sacerdotes del centro de formación y la víctima, un seminarista. Por lo que se conoce del caso, el hecho habría ocurrido en 1996.
En Santa Cruz
El viernes una nueva denuncia en contra del padre Pedrajas fue presentada ante el Ministerio Público en la ciudad de Santa Cruz. La víctima fue acompañada por la Compañía de Jesús.
De acuerdo con un comunicado de esta entidad, la víctima, cuya identidad se guarda en reserva, no sólo recibió acompañamiento para realizar la denuncia, sino que también recibió apoyo psicológico y legal.
La víctima presentó la denuncia luego de comunicarse con el canal de Escucha y Atención de la Compañía de Jesús.
Se explicó que dicho canal ya recibió varias llamadas, pero que ésta es la primera denuncia formal que resulta de la línea de atención.
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