La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió ayer de que millones de ucranianos afrontan una amenaza “mortal” por los efectos de la guerra y la crisis energética provocada por los daños a la infraestructura causados por los ataques.
“La crisis energética devastadora, el agravamiento de la emergencia sanitaria mental, las restricciones al acceso humanitario y el riesgo de infecciones virales harán de este invierno un test formidable para el sistema de salud y para los ucranianos, pero también para el mundo y su compromiso de apoyo a Ucrania”, dijo el jefe de OMS Europa, Hans Kluge.
Explicó que la mitad de la infraestructura energética del país ha sido dañada o destruida y que eso está teniendo un efecto “dominó” en el sistema sanitario y en la salud de las personas, de ahí que el objetivo este invierno sea “sobrevivir”.
“Es el mayor ataque a la infraestructura sanitaria en suelo europeo desde la II Guerra Mundial”, dijo Kluge.
La OMS -que no atribuye autoría ni especifica las zonas en que se han producido- ha verificado hasta ahora 703 ataques a la red sanitaria ucraniana y tanto estos como los dirigidos a la infraestructura energética provocan que cientos de centros de salud no estén completamente operativos, carezcan de combustible, electricidad o agua.
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